martes, 19 de febrero de 2008

Planeta aromático


Hoy va de aromas... mi infancia huele a hojas de pino calentándose al sol y a mar apoderándose de mi, de todos mis sentidos; mi recuerdo más preciado el olor de la sopa de pollo de mi abuela, que no daría por volver a sentirlo, sopa de pollo y abrazos de abuela subiendo a rescatarme de la cama de matrimonio en la cual estaba atrapada bajo el pesado edredón, ella venía y la humedad, la terrible humedad escapaba de la habitación escapaba con ese peculiar olor y salías al sol alentador de la mañana a calentar el cuerpo y todas las plantas del jardín rezumaban rocío, haciendo más intenso aún su aroma, hinojo, hierbabuena, perejil, tomillo y romero entremezclado con la lavanda.


Los vacaciones en el pueblo incluían los veranos, con sus tormentas, el aroma de la tierra ardiente cuando empieza a mojarse no tiene igual, !cuantas veces me encontraron con la nariz pegada en las rosas del rosal subyugada por su fragancia¡ (¿por qué las rosas ya no huelen a nada?... sólo al spray que les echan en las floristerías ainsss).

Aromas de leña ardiendo en la chimenea, chispas revoloteando y consumiendo las distintas maderas, cáscaras de almendra para alimentar los braseros de las mesas camillas.

El olor peculiar de una casa en la que se limpiaba a la manera tradicional: agua caliente, lejía y jabón lagarto, el agridulce aroma de un hospital que sólo deseabas tener que pisar si nacía el bebé de alguien. Los miles de olores del mercado del domingo, el sudor de la gente que volvía de trabajar del campo, la paja almacenada para los animales.


Hoy mi planeta está lleno de aromas, y si alguien te dice, bueno, yo lo hago: cuéntame un recuerdo de tu infancia asociado a un olor, espero tu respuesta :)